Calle Picavia 2 Bj
15004 A Coruña
Teléfono: 881 927 471
Situado en la Calle Picavia, el Restaurante / Vinoteca "O Cabo" ofrecía un menú a través de la página Menús.es consistente en un primero a elegir entre "ensalada con queso de cabra" o "ensalada con ventrescas de bonito" y un segundo a elegir entre "brochetas de pulpo y rape" o "codillo de cerdo" a un precio de 17 €/persona, bebida y postre a parte.
Para beber pedimos dos botellas pequeñas (no tenían botellas grandes) de agua con gas y una botella de vino tinto "Cosme Palacios", un crianza del 2007 de la D.O. Rioja. Respecto al vino nos dejamos aconsejar por el camarero, muy simpático por cierto, y el acierto fue total, ya que el vino estaba fresco y rico. Con la bebida nos pusieron un aperitivo de palitos tostados con jamón serrano que venían muy bien para abrir el apetito.
A continuación nos pusieron el pan y al poco rato nos trajeron el primer plato, del que elegimos dos y dos:
La ensalada con queso de cabra estaba espectacular. Era la típica ensalada con rúcula y lechuga rizada que tenía encima un trozo de queso de cabra hecho a la plancha, todo ello acompañado de pasas, nueces y una vinagreta muy ligera y sabrosa. Como decíamos, la combinación de todo ello era impresionante y el sabor del queso a la plancha una delicatessen. Si os gusta el queso es un plato obligatorio.
En cuanto a la ensalada con ventrescas de bonito también estaba muy buena, pero se trataba de un plato un poco más ligero. Estaba compuesto por dos montoncitos, uno formado por las ventrescas de bonito con la ensalada de rúcula y lechuga rizada, y el otro montoncito estaba formado por trozos de chalota, tomate y melón. El plato venía regado con una ligera y sabrosa vinagreta al igual que la otra ensalada.
Luego, y después de un buen rato esperando, nos trajeron el segundo, del que elegimos uno de brochetas y tres de codillo:
El plato de la brocheta de pulpo y rape consistía en dos brochetas cruzadas con pulpo y rape a la plancha, cerrando ambas con un tomatito cherry, apoyadas sobre un montoncito de patatas fritas cortadas en juliana. El plato estaba riquísimo y las patatas tenían un punto de sal que casaba muy bien con el conjunto del plato; adornaron el mismo con un chorro de aceite de oliva alrededor, espolvoreando con perejil picado. Los únicos peros eran que se hacía escaso y le faltaba un punto de temperatura.
Respecto al codillo de cerdo a más de uno de nosotros se le dilataron las pupilas al ver semejante plato, todo lo contrario que el plato anterior. Se trataba de un buen pedazo de codillo, lleno de carne, acompañado de puré de patatas y grelos. La carne, muy jugosa, se deshacía en la boca con facilidad, y estaba salada lo justo; la curiosidad del plato la encontrábamos en el puré, ya que estaba prácticamente frío (no sabemos si adrede o no), pero que no desentonaba para nada, ya que estaba delicioso; de hecho intuimos que podía estar hecho en parte con nata. Todo ello venía espolvoreado con un poco de pimentón.
A continuación, y ya fuera del precio del vale, nos ofrecieron el postre. Uno de nosotros tomó cañitas rellenas de helado de naranja bañadas con chocolate templado, acompañado de una bola de helado de nata que albergaba en su interior trocitos de violeta, todo ello espolvoreado con azúcar glass. Refrescante y digestivo, y el toque de la violeta muy original. Delicioso.
Dos de nosotros compartieron la típica copa de helado con dos bolas de helado de limón. Igual que el anterior, rico y digestivo.
El otro de nosotros tomó el sorbete de cava rosado. También muy digestivo, venía adornado con un pedacito de fresa en el vaso, pero se notaba muchísimo el sabor a cava, lo que no lo hacía especialmente sabroso.
El otro de nosotros tomó el sorbete de cava rosado. También muy digestivo, venía adornado con un pedacito de fresa en el vaso, pero se notaba muchísimo el sabor a cava, lo que no lo hacía especialmente sabroso.
Para finalizar las chicas se tomaron un café cada una.
Por lo que se refiere al local, se trata de un lugar muy bonito, pequeño pero acogedor, que combina mesas altas con bajas. Los suelos son de madera y la pared de piedra vista adornada con las típicas monedas que deja la gente. En una de las paredes hay un bonito panel que incluye la carta de vinos y en la pared opuesta hay otros paneles que incluyen la carta del menú con dos grandes fotos de preciosos paisajes, creemos que gallegos. Todos estos paneles están debidamente iluminados, al igual que el resto del local, que tiene una iluminación tenue pero a la vez suficiente; no sabemos si el local está bien climatizado debido a que la puerta estaba casi siempre abierta y la temperatura era buena.
En cuanto al precio nosotros pagamos 17 €/persona de los vales + 36,40 € entre los cuatro del resto de cosas, por lo que al final nos salió a cada uno en 26,10 €/persona, un precio más que razonable para lo que fue la cena. Además tuvieron el detalle de no cobrarnos ni el pan ni los cafés, algo que siempre es de agradecer.